No hay manera, la manera se escapó. No sabes como, pero tienes que hacerlo. Haz reír, ahí lo tienes, has pisado el botón correcto, ya sabes el truco, ahora tienes la pócima mágica.
Se te fue, el tiempo pasó.
Empezar de nuevo te tocó, sonríe. Parece que hizo efecto, pero el efecto se perdió, fueron dos segundos, el primero en alargar la boca y el segundo en mostrar los dientes.
Vuelta atrás. No lo entiendes pero así pasa.
A la tercera va la vencida, o eso dicen, te subes por las ramas, crujes tu cerebro, y.. ¿ahora qué?
Por tu cabeza no pasa ni una misera buena idea, no sabes como responder, tus actos reflejos se acabaron, tu misión esta casi terminada, las estrellas se apagan, la luna se nos va, aparece el sol y te acuerdas de lo mas preciado, te lanzas a la piscina, eliges lo hondo, no sabes el como ni el porque, pero allá vas y lo sueltas. ¡Bien! Te diste cuenta, no hay nada como parlar, charlar, hablar.
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-Pero, ¿tú quieres a alguien?
-Sí, a ti.
