No por tener unas orejas tan grandes escucharás mejor.
Una nariz larga no te hará ser "don Mentiras".
El lobo terminó perdiendo contra Caperucita Roja y Pinocho simplemente te hirió el corazón. Pero un cuento no siempre es igual, porque si el lobo fuese un elefante probablemente Caperucita hubiera sido enganchada en sus colmillos, que quien sabe, pero, tal vez fuesen unos simples dientes de conejito.
Ahora pensando, está claro que Pinocho no es mas que un elefante de madera, las narices las tienen largas y punto.
Por ello no pienses que todas las historias son iguales, porque cada momento es único, cada persona es diferente y no hay un cada yo, porque cada uno somos lo que somos.
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Así que sécate esas lágrimas y agárrate fuerte a mi brazo,
tú no te asustes de los vientos que yo te espanto a los diablos,
que tus dolores son los míos, que tu alegría es mi alegría,
que lloraré cuando tú llores y sonreiré cuando sonrías.